¿Qué es la somnifobia?
Comúnmente conocido como somnifobia, que es el miedo persistente, anormal, injustificado y patológico a dormir. Otro nombre con el que puede ser encontrado en libros o en la web es hipnofobia o clinofobia.
El temor a quedarse dormido en quienes padecen este trastorno surge de la asociación el estado de inconsciencia con la locura o incluso la muerte.
Quienes lo padecen, temen que al dormir no logren despertar jamás.
En algunos casos, el desencadenante es la creencia de que los sueños que eventualmente se tendrán son en realidad delirios, que de esta forma logran que la persona caiga en un verdadero estado de demencia.
La somnifobia genera en quien la padece un estado de estrés continuo, con el subsecuente deterioro físico y mental de forma cada vez más significativa.
Por ello, no es raro encontrar somnifóbicos que sufran de alucinaciones que, como un círculo vicioso, solo logran agravar más la aversión que la persona siente a dormir.
Este miedo a quedarse dormido puede presentarse a cualquier edad y las causas pueden ser muy variadas.
Puedes ver el siguiente vídeo donde el rey del terror Freddy Krueger quería que sus victimas se durmieran para poder entrar en un mundo de pesadilla:
Las personas que han vivido alguno de estos eventos son, de hecho, las más propensas a padecer esta fobia.
Síntomas de la somnifobia
Las personas que padecen somnifobia presentarán síntomas similares a otras fobias, como aumento de la frecuencia cardíaca o sudoración excesiva, a la vez que presentarán síntomas característicos.
Aunque los síntomas como tal no atentan contra la vida de la persona, el deterioro físico y mental a los que esta está sometida por la falta de sueño sin duda pueden conducirla a la muerte.
Por ello, en caso de evidenciar alguno de estos síntomas, es necesario contactar a un profesional de la salud en lugar de simplemente pasarlo por alto.
Las personas con somnifobia pueden sufrir de ataques de pánico a causa del temor a que mientras duermen les suceda algo terrible, como dejar de respirar o simplemente no despertar.
Presentarán una serie de síntomas, entre los cuales se encuentra: respiración entrecortada, sudoración excesiva, falta de aire, temblores incontrolables, palpitaciones, náuseas y somnolencia.
Tratamiento para superar la somnifobia
Como todas las fobias, la somnifobia requiere de un esfuerzo constante y de la ayuda de algún profesional, por lo cual se recomienda un tratamiento o acompañamiento terapéutico, muchas veces respaldado con tratamiento farmacológico para que la persona que padezca de esta fobia reciba la mejor ayuda posible.
Para esta y muchas otras fobias existen terapias psicológicas, técnicas de Programación Neurolingüística (PNL) y de Coaching Ontológico.
En todos los casos de posibles fobias, la mejor solución es buscar información con respecto a los síntomas y causas, y siempre consultar con alguien que conozca del tema.
Bajo ningún concepto es recomendable pasar por alto la presencia de los síntomas.
El tiempo estimado para que una persona pueda superar la somnifobia es incierto, debido a que cada persona progresa de manera distinta, así que la mejor sugerencia es siempre mantener una actitud positiva, buscar el apoyo de los seres queridos y ser paciente.
La clinofobia otra forma de llamar a esta fobia a dormir
Las personas que experimentan esta fobia entran en un estado severo de pánico que es causado ante el temor de que, mientras se encuentren durmiendo, ocurrirá algún suceso terrible.
Entre los principales ejemplos de pueden mencionar que la persona deje de respirar en algún momento de la noche o que no se despierten nunca más.
Sin importar la certeza que tengan de que nada de esto ocurrirá, son incapaces de dormir por lo que, a consecuencia, desarrollan también un cuadro insomnio.
Los clinofóbicos comienzan a sentir una extraña ansiedad que les impide meterse en la cama a la hora de ir a dormir, de conciliar el sueño o de descansar debidamente.
Muchos son los motivos que pueden ocasionar esta fobia (que no solo es miedo al acto de ir a la cama), sino todo lo que representa la llegada de la hora de acostarse.
Si la fobia y las reacciones de ansiedad y miedo se mantienen en el largo plazo, la persona afectada podría llegar a tener verdaderos problemas en su funcionamiento físico y psicológico general, pudiendo mermar en gran medida la percepción de su calidad de vida.
El patrón de síntomas que presenta la clinofobia difiere en gran medida entre una persona y otra. Dependiendo del grado de severidad de la fobia en sí misma, una persona puede solo sentirse nerviosa, incómoda o agitada antes de ir a dormir.
Mientras que otras personas con casos más severos, pueden llegar a sufrir ataques de pánico y/o ansiedad.
Entre los síntomas pueden incluirse tensión muscular, náuseas o mareos, agitación, temblores, hiperventilación, aumento de la frecuencia cardíaca, sensación de sofoco, sequedad de boca, vértigo, sudoración excesiva y la incapacidad de hablar o de pensar de manera clara.
Los problemas de insomnio son el resultado más común de esta fobia.
La reducción de la cantidad y/o calidad del sueño acaba provocando en estas personas cansancio y fatiga constante, irritabilidad, falta de concentración, mal humor, apatía y disminución de la salud física y psicológica en general.