En la actualidad existe un sinfín de fobias referidas a objetos o situaciones inimaginables. En el caso de la antropofobia (también conocida como antrofobia), se trata sencillamente del miedo a relacionarse con otras personas y a establecer cualquier tipo de contacto social.
En palabras sencillas, esta fobia se refiere específicamente al temor a la compañía humana.
Fobia al contacto social
Esta fobia va de extremo a extremo; puede tratarse del temor al hacinamiento (a estar rodeado de un conglomerado de personas) o a estar cerca de un solo individuo.
Cada caso de antropofobia es diferente, por lo que sus niveles de intensidad pueden variar ampliamente entre sí.
En el peor de los casos, cuando la fobia sobrecoge a la persona afectada hasta niveles extremos, da como resultado la auto-exclusión social o el aislamiento como mecanismo de defensa frente al contacto con otros seres humanos.
La antropofobia, como cualquier otra fobia, viene dada a partir de algún evento traumático en la vida del individuo y es categorizada como un trastorno de ansiedad social. Es un hecho conocido que la antrofobia es bastante común dentro de las culturas japonesa y china.
Síntomas de la antropofobia
En lo que respecta a este trastorno, hay síntomas muy característicos que dan pie a su identificación y posterior diagnostico.
Detalles particularmente simples como la reincidente evitación del contacto visual, el rubor o el malestar al verse expuesto a cualquier tipo de rose con otras personas son los detonantes especialmente comunes en esta fobia.
Sin embargo, existe una amplia gama de síntomas que pueden variar su gravedad dependiendo de cada caso.
Si vamos al plano físico, existen ciertas manifestaciones corporales que salen a relucir cuando una persona con antropofobia se ve en una situación de contacto social.
Cada personas puede manifestarlos de forma diferente, pero entre los más comunes podemos encontrar la taquicardia, incremento del flujo respiratorio, sensación de ahogo, sudoración excesiva, tensión muscular, dolor de cabeza o estómago, nauseas o vómito, sensación de irrealidad y dilatación de la pupila.
Ahora, en lo referente al plano cognitivo, se desarrollan gran cantidad de pensamientos enlazados al temor. Es decir, un individuo que padece antropofobia tiende a crear de manera automática toda clase de pensamientos irracionales e incontrolables.
También son propensos a la intensidad y a maximizar las dimensiones de las consecuencias negativas en cualquier situación dada.
Tratamiento para superar la antropofobia
Como es de entenderse, las limitaciones impuestas por la antropofobia en sí misma dificultan de manera garrafal el tratamiento de este trastorno.
Al haber un rechazo hacia cualquier tipo de contacto humano, esto incluye a cualquier profesional médico o psicológico que intente alcanzar al afectado.
En la actualidad se ha comprobado que la vía más adecuada para tratar la antropofobia es la unión entre medicamentos y psicoterapia.
La medicación por sí sola no ha dado resultados lo suficientemente positivos, por lo que se utiliza la psicoterapia como mecanismo de tratamiento cognitivo conductual para brindar al paciente las herramientas necesarias para aprender a relacionarse con otras personas.