¿Qué es la ailurofobia?

la Ailurofobia

Se trata de una fobia específica que provoca que una persona sienta  miedo de forma persistente e irracional hacia los gatos.

La palabra “Ailurus” es un término griego que significa gato o maullido de gato. En este sentido, la fobia a los gatos puede ser originada por una experiencia personal traumática y en la mayoría de los casos pudo haber ocurrido durante la infancia.

Entre los ejemplos más frecuente están los arañazos, nerviosismo de ese animal al intentar escapar o bien la proyección de otro tipo de miedos no relacionados directamente con el propio animal en sí.

Fobia a los gatos

El miedo es creado por el inconsciente como mecanismo de protección, ya que el miedo puede ser por transmisión generacional de temores relacionados con la supervivencia.

Por ejemplo: podemos tener miedos “anclados” desde el principio de los tiempos, ya que serían inseguridades a las que se ha enfrentado el hombre desde sus orígenes (miedo a la oscuridad, miedo a animales peligrosos como tigres, leones, leopardos y guepardos… las que curiosamente pertenecen a la misma especie que los gatos) con los que ha tenido que luchar.

Esto lo llamaríamos memoria genética, la cual puede llegar a activar fobias sin haber tenido un incidente con el animal en cuestión.

A su vez, este miedo puede ser transmitido socialmente por nuestro entorno más cercano.

Por ejemplo, si a alguno de nuestros padres sienten miedo hacia los gatos, probablemente nos “contagiemos” de sus percepciones negativas sobre ese animal y aprendamos a reaccionar con miedo.

Posiblemente, nuestro comportamiento hacia los gatos no es espontaneo, sino que es la reacción de miedo irracional y con respuestas exageradas en base a conductas adquiridas.

Síntomas de la Ailurofobia

Las personas con ailurofobia experimentan elevadas sensaciones de ansiedad cada vez que detectan la presencia de un gato.

Asimismo, el temor que causan estos animales hace que los sujetos que padecen el trastorno eviten de forma constante el contacto con ellos.

Si una persona sufre de esta fobia no podría soportar la ansiedad en situaciones en las que debe tener gatos cerca.

Entre los principales síntomas, la persona podría presentar sudoración, respiración anormal (jadeo, hiperventilación y sensación de ahogo), taquicardias, temblores, escalofríos, confusión, dolores y mareos.

Esta sensación no solo ocurre si la persona se encuentra con un gato, sino que también se puede activar si piensa en uno, si ve imágenes o películas de gatos, o con solo escuchar su maullido.

En casos extremos, la persona podría sufrir un ataque de pánico o caer en shock.

Tratamiento para superar la ailurofobia

La ailurofobia se puede tratar con una terapia psicológica adecuada.

Algunas de las técnicas que tienen mayor porcentaje de éxito son la sensibilización sistemática y la exposición al estímulo que nos da miedo.

Se pueden incluir técnicas de relajación para combatir la ansiedad existente o la programación neurolingüística (PNL) para aprender a reformular los pensamientos irracionales sobre el temor.

También se pueden trabajar las emociones que provoca enfrentarse a los gatos y reelaborar soluciones seguras hacia los problemas.

Mucha gente sufre de este tipo de fobia y se siente incomprendida, ya que los gatos son animales normalmente inofensivos y gran cantidad de gente disfruta con su compañía.

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