¿Que es la acrofobia o el miedo a las alturas?

AcrofobiaUn 5% de la población mundial sufre de acrofobia. Es bastante común tener cierto respeto a las alturas, especialmente si somos conscientes del efecto de la gravedad, sin embargo, en algunas ocasiones se hace latente un temor exagerado, siempre representado con una posible pérdida de la noción del equilibrio que puede ser confundida con el vértigo provocado por las alturas.

Es normal que muchas de las personas que estéis leyendo este artículo sufráis de cierto miedo a las alturas, hasta el punto de experimentar momentos de ansiedad intensa ante un vacío, pero esta sensación se considera normal si resulta controlable y no se alcanzan extremos de experimentar ataques de pánico en lugares altos, o incluso a casos como evitar tomar un avión debido a esta sensación.

Los síntomas principales de la acrofobia

La acrofobia no debe confundirse con el temor a las alturas que normalmente puede sentir el 95% de los seres humanos.

Una persona con acrofobia experimenta el pánico al instante con solo subir, por ejemplo, a un piso 28 o a la azotea de un edificio. Como vemos, estos problemas de fobia surgen en lugares totalmente seguros y presentan los siguientes síntomas:

    • Posible sudoración
    • Importante aumento del ritmo cardíaco
    • Pérdida inminente del equilibrio
    • Búsqueda de un lugar en el que apoyarse
    • Mareos
    • Posible ataque de pánico
    • Ansiedad latente

No obstante, todos estos síntomas dependerán de cada caso en particular y el cuadro sintomático puede variar dependiendo de la persona y de su capacidad para asimilar el peligro, pero como punto en común podremos ver que quién lo sufre tiende a tratar de no practicar ningún tipo de actividad relacionada con las alturas.

Como en todas las fobias, existen múltiples niveles de afectación. Casos de pacientes que llegan a evitar visitar a un amigo que vive en un piso 30 o que tenga grandes balcones o incluso subir por una escalera de mano para no sentir la experiencia de poder caerse.

Esta fobia no debe confundirse con la fobia al aire libre, que llega a afectar al paciente hasta el punto de no poder ni siquiera salir de casa.

Ciertos estudios aseguran que la acrofobia está presente en un gran número de personas pero a niveles tan bajos, que no llega a representar una fobia propiamente dicha.

Al igual que las demás fobias, se trata simplemente de una reacción exagerada como consecuencia ante una situación: el miedo a las alturas. En ocasiones esto puede venir heredado de un trauma del pasado.

Las causas que originan la Acrofobia

Las causas que originan el origen de esta fobia, pueden ser diversas.

La acrofobia pudo haber sido causada por alguna experiencia traumática que pudo tener la persona a causa de algún incidente en las alturas.

También pudo radicar en la experiencia vivida por alguien cercano o el visionado de algún vídeo o película; el material audiovisual puede causar estragos en la psique.

Existen diferentes estudios sobre la acrofobia incluyendo el de animales y bebés que ha mostrado que la naturaleza tiene un sello de miedo a las alturas como respeto y precaución a perder la vida ante un peligro inminente.

Tratamiento de cómo superar la fobia a las alturas

Consiste en minimizar el problema a los ojos del paciente de manera que la fobia vaya disminuyendo de una manera progresiva. Tratarlo con un especialista para llegar, como punto de inicio, a la raíz de la fobia.

Las terapias de relajación ayudan a disminuir los niveles de ansiedad.

La persona afectada puede someterse a varias terapias psicológicas simultaneamente, de manera que la ansiedad provocada por la fobia disminuya de forma gradual.

Existen ciertas técnicas de respiración que contribuyen de manera muy efectiva a reducir los niveles de estrés y de ansiedad que genera la fobia o miedo inexplicado.

Transcurrido este primer estadio terapéutico, otro de los tratamientos para combatir la acrofobia es simplemente afrontar el problema de forma gradual acompañado de las charlas psicoterapeuticas.

Mostrar imágenes de sitios seguros que se hallen en una altura considerable pero que ofrezcan sensación de seguridad y aparezcan personas con aparente tranquilidad.

Poco a poco, el paciente se irá familiarizando con las alturas, hasta poder permanecer en lugares altos donde se sienta cada vez más seguro.

Eliminar los pensamientos negativos es una base importante de la terapia.

Éstos son generadores de miedo y asocian las alturas con la respuesta al miedo.

Es bueno observar lugares que poseen cierto grado de altura, te hará sentir mucho mejor además de asociar las alturas con sentimientos de relajación y tranquilidad.

Buscar lugares elevados que transmitan paz, como una montaña, un chillout en una azotea, será una buena técnica para asociar relajación con altura.

La acrofobia se debe combatir de una manera progresiva, empezando por lugares con menos altitud, hasta familiarizarse con ellos y así conseguir ir en aumento.

Debemos recordar que el primer paso para la cura del miedo a las alturas es en primer lugar reconocerla y aceptarla a través de sesiones de terapia. Con ella es habitual experimentar emociones fuertes a fin de habituarse a pensamientos negativos.

A menudo es normal sentir que nunca se superará el miedo, pero la terapia constituye una oportunidad de superación.

Existe un gran número de experiencias como algunos deportes extremos, subir a un teleférico o a una montaña que, a pesar de provocar cierto miedo, dejan en la mente un bonito recuerdo. No disfrutar de ellas por causa de un temor injustificado, es quizá dejar de vivir momentos increibles.

Los pequeños premios como son las experiencias vividas pueden servir como recompensas para ir disminuyendo a la ansiedad y hacer que el paciente se sienta motivado para dejar atrás la acrofobia.

No te prives más de disfrutar de lugares en las grandes alturas y empieza ya a plantarle cara a la acrofobia.

Aunque bien es cierto que estadísticamente las mujeres son más propensas a presentar un mayor número de episodios de ansiedad, en el caso de este tipo de fobia a las alturas, la acrofobia, no existe distinción de sexo y puede presentarse repentinamente y sin precedentes.

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